martes, 6 de septiembre de 2011

Aroma



¿Recuerdan cuando les hablé sobre el mail de Kenzo y que les contaría después? Bueno, pues ahora es ese después: para el lanzamiento de la nueva fragancia Flower Tag, se ha organizado un rally de bloggers en el que cada semana habrá un reto a postear para expresar el espíritu de Kenzo y Flower Tag. Éste es el primer reto y es sobre un aroma y lo que te recuerda. Porque un aroma siempre nos recuerda algo.

Con la simple idea cruzaron una cantidad enorme de aromas por mi cabeza: el entrar a casa y que todo huela a galletas me hace pensar en mi mamá horneando cerca de navidad, la humedad y tierra de la época de lluvias en el pueblo de mis abuelos, flores en el día de mi cumpleaños, la combinación de tabaco y colonia de mi papá... Pero entonces llegué a éste punto: el aroma de Él. Sí, Él. Es una especie de mi propio Mr. Big carente de nombre pero ganador de un alias universal: Él.

El punto es que Él tiene un aroma especial: no es una colonia o el jabón que usa, es su propia fragancia especial y particular que me hace pensar en cítricos y frescura. No, Él no huele a lavatrastes, pero si me hace pensar en su limpieza obsesiva y su perfecto rasurado (aunque como quiera no tiene mucha barba que rasurar).

Pero ¿quién querría olvidar ese aroma? Yo no. Porque no sólo recuerdo sus piernas largas, sus zapatos marrón, sus cardigans, sus lentes grandes de pasta y su excelente gusto, si no que también vienen a mi mente canciones de The Beatles, el tocadiscos que buscamos durante meses, los acetatos comprados en la Lagunilla, los postres que preparaba especialmente para Él porque no le gusta la crema Chantilly, los largos silencios, su obsesión con los años 60 y su mano de largos dedos sobre la mía en el cine.

Un día cualquiera me quedé parada en la calle. Me llegó su aroma y pensé que tal vez me lo había cruzado y no lo había visto. Volteé. Pero no estaba ahí, sólo estaba ese olor que hizo que todo lo que recuerdo de Él se agolpara en mi mente y me hiciera pensar en que hace años que no lo veo. Hace años que nadie toma mi mano así ni escucha a The Turtles en acetato ni me hace sentir que mido 1 metro a su lado.

Pero todos sus recuerdos me hacen sonreír al notar que alguien tan especial es normalmente un sueño para los demás, y sé que podría un día olvidar su cara, sus lentes, sus besos, pero no su fragancia (sí, esa que ustedes ahora han de imaginar como lavatrastes).


P.S. No olviden checar el blog de Kenzo, seguirlos en twitter y revisar el hashtag de la nueva fragancia Flower Tag y las ligas a las entradas de otros bloggers.

1 comentario: